TEXTO TOMADO DE LA GACETA DE LOS NEGOCIOS
Juan Pablo de Villanueva: la vida de un periodista
José Mª García-Hoz.
Ayer, a primera hora de la mañana, me enteré de lo que temía: Juan Pablo de Villanueva había muerto. Me ocurrió lo que, dicen, suele ocurrir a quienes se enfrentan a una muerte inminente: como en una película de rapidísima proyección visualicé toda mi vida con Jean Paul. Desde niños, los dos de pantalón corto alumnos del Instituto Ramiro de Maeztu, hasta el otro día en el que la enfermedad ya dejaba las primeras huellas en su físico: poco pelo, más delgado, voz apagada… Aunque tan socarrón y animoso como siempre. La vida profesional de muchos periodistas, yo entre ellos, no se entiende sin Juan Pablo de Villanueva. Desde que en 1963, a los 20 años, se graduó en Periodismo por la Universidad de Navarra, Juan Pablo entendió la profesión como debe entenderse: el periodismo no era un oficio para ganarse la vida, sino una forma (para él, la mejor) de servir a la sociedad mediante la busca de la verdad.
Una generación periodísticaY para la generación de periodistas de la que Juan Pablo simultáneamente formó parte y fue una referencia, la verdad de la sociedad española consistía en aceptar y llevar a la práctica la idea de que España no era diferente, sino igual, al resto de los países de la sociedad occidental. En los últimos años del franquismo, defender las libertades de expresión, de reunión, de asociación y de información suponía enfrentarse al poder político imperante. Juan Pablo prefirió soportar los inconvenientes de esa posición prodemocrática y antifranquista que aceptar la seguridad que a una persona de su talento le proporcionaría atenerse a la corrección política. Ese criterio de defensa de la libertad política y de la libertad civil fue el motor que movió toda su extensa trayectoria profesional, que se inició como director de un semanario juvenil y políticamente comprometido, Gaceta Universitaria y terminó, anteayer cuando falleció, siendo presidente del Grupo Siena, editor de cuatro diferentes publicaciones dirigidas a los tres sectores del mundo educativo: profesores, padres y alumnos. En el entremedio, un lapso de más de cuarenta años, Juan Pablo de Villanueva contribuyó decisivamente a la promoción de empresas periodísticas y de medios informativos. De entre ellas, las más notorias fueron las que compartió con Juan Kindelán, Luis Infante y yo mismo: la compra sucesiva del semanario Actualidad Económica, del mensual Telva, del diario Marca y la fundación del diario Expansión, cuya fusión daría lugar al Grupo Recoletos. Una historia singular, Dios quiera que no irrepetible, de periodistas románticos que a base de trabajo y esfuerzo convirtieron en realidad el sueño que compartían: es posible editar medios al servicio de la ciudadanía e independientes de cualquier grupo de poder. Cuando por razones personales y profesionales que, debo decirlo, respeté pero nunca compartí, en 1991 se separó de lo que llamábamos coloquialmente “el equipo”, la vocación empresarial y periodística de Jean Paul se volcó, a partir de 1997, en el proyecto de revitalizar La Gaceta de los Negocios, como director del periódico y presidente de la editora. Bien doblado el hito de los 50 años, aceptaba por cuarta vez dirigir un diario madrileño, pues a éste que el lector tiene entre sus manos le precedieron Nuevo Diario, Marca y Expansión.
Ayuda a buenos periodistasRazones de espacio y de tiempo aconsejan finalizar estas líneas, y es ahora cuando comprendo por qué esta mañana pasó por mi cabeza la película de mi vida con Juan Pablo: con su muerte termina también una parte muy importante de mi propia vida en la Tierra. Desde que en 1969 me contrató como redactor del Nuevo Diario que él dirigía, hasta hace bien pocos días en que por última vez nos vimos, he vivido con Juan Pablo un sinfín de avatares, de día y de noche, dentro y fuera de España, duros y placenteros. Tuvimos más de veinte años de recorrido común, profesional y personal, codo a codo, de mutua confianza ilimitada, de risas y de problemas. También tuvimos, ya lo he dicho, importantes diferencias de criterio. Pero esas diferencias, debo decirlo alto y claro, hoy sobre todo, nunca hicieron que dejáramos de querernos como amigos entrañables. Y hoy me encomiendo a él para que desde el Cielo siga ayudando a los buenos periodistas a hacer buenos periódicos.
Una generación periodísticaY para la generación de periodistas de la que Juan Pablo simultáneamente formó parte y fue una referencia, la verdad de la sociedad española consistía en aceptar y llevar a la práctica la idea de que España no era diferente, sino igual, al resto de los países de la sociedad occidental. En los últimos años del franquismo, defender las libertades de expresión, de reunión, de asociación y de información suponía enfrentarse al poder político imperante. Juan Pablo prefirió soportar los inconvenientes de esa posición prodemocrática y antifranquista que aceptar la seguridad que a una persona de su talento le proporcionaría atenerse a la corrección política. Ese criterio de defensa de la libertad política y de la libertad civil fue el motor que movió toda su extensa trayectoria profesional, que se inició como director de un semanario juvenil y políticamente comprometido, Gaceta Universitaria y terminó, anteayer cuando falleció, siendo presidente del Grupo Siena, editor de cuatro diferentes publicaciones dirigidas a los tres sectores del mundo educativo: profesores, padres y alumnos. En el entremedio, un lapso de más de cuarenta años, Juan Pablo de Villanueva contribuyó decisivamente a la promoción de empresas periodísticas y de medios informativos. De entre ellas, las más notorias fueron las que compartió con Juan Kindelán, Luis Infante y yo mismo: la compra sucesiva del semanario Actualidad Económica, del mensual Telva, del diario Marca y la fundación del diario Expansión, cuya fusión daría lugar al Grupo Recoletos. Una historia singular, Dios quiera que no irrepetible, de periodistas románticos que a base de trabajo y esfuerzo convirtieron en realidad el sueño que compartían: es posible editar medios al servicio de la ciudadanía e independientes de cualquier grupo de poder. Cuando por razones personales y profesionales que, debo decirlo, respeté pero nunca compartí, en 1991 se separó de lo que llamábamos coloquialmente “el equipo”, la vocación empresarial y periodística de Jean Paul se volcó, a partir de 1997, en el proyecto de revitalizar La Gaceta de los Negocios, como director del periódico y presidente de la editora. Bien doblado el hito de los 50 años, aceptaba por cuarta vez dirigir un diario madrileño, pues a éste que el lector tiene entre sus manos le precedieron Nuevo Diario, Marca y Expansión.
Ayuda a buenos periodistasRazones de espacio y de tiempo aconsejan finalizar estas líneas, y es ahora cuando comprendo por qué esta mañana pasó por mi cabeza la película de mi vida con Juan Pablo: con su muerte termina también una parte muy importante de mi propia vida en la Tierra. Desde que en 1969 me contrató como redactor del Nuevo Diario que él dirigía, hasta hace bien pocos días en que por última vez nos vimos, he vivido con Juan Pablo un sinfín de avatares, de día y de noche, dentro y fuera de España, duros y placenteros. Tuvimos más de veinte años de recorrido común, profesional y personal, codo a codo, de mutua confianza ilimitada, de risas y de problemas. También tuvimos, ya lo he dicho, importantes diferencias de criterio. Pero esas diferencias, debo decirlo alto y claro, hoy sobre todo, nunca hicieron que dejáramos de querernos como amigos entrañables. Y hoy me encomiendo a él para que desde el Cielo siga ayudando a los buenos periodistas a hacer buenos periódicos.
TEXTO TOMADO DE LA GACETA DE LOS NEGOCIOS
Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra, fue presidente-editor del Grupo Negocios hasta marzo de 2007 y director de Marca, Actualidad Económica y Expansión. Tenía 65 años y falleció tras una larga enfermedad hematológica.
Juan Pablo de Villanueva
Juan Pablo de Villanueva
Madrid. El periodista y empresario de la comunicación Juan Pablo de Villanueva Domínguez ha fallecido este lunes en la Clínica Universitaria de Navarra, a los 65 años, tras una larga enfermedad hematológica. Villanueva presidió el Grupo Negocios, ayudó a fundar el grupo Recoletos y dirigió, en la década de los setenta, Nuevo Diario, y en los ochenta, el periódico deportivo Marca y el económico Expansión.
La capilla ardiente se instalará esta tarde en el Colegio Mayor Santillana, en Mirasierra (Madrid).
Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra, donde obtuvo el Premio Extraordinario, fue reconocido con el Premio Nacional Fin de Carrera en 1963, según la información facilitada hoy en un comunicado por dicho centro académico.En 1965 ingresó en la redacción de El Alcázar, donde llegó a ser secretario del Comité de Edición y jefe de sección de Información Nacional. Al aparecer Nuevo Diario pasó a este periódico como jefe de página editorial, donde fue nombrado subdirector (1968) y director (1969).En 1970 fue designado subdirector de la Agencia Efe, cargo que desempeñó durante 14 meses.En 1972, junto con otros periodistas, creó Informe Diario S.A., y Multipress S.A., empresas del sector de la comunicación que presidió hasta 1980. Desde 1973 a 1976 ejerció como consejero del diario Sol de España, de Málaga, y consejero delegado del Diario de León.En 1976 dirigió Actualidad Española y fue nombrado editor de Actualidad Económica, semanario que posteriormente compró con Juan Kindelán, José María García Hoz y Luis Infante para, en 1977, dar origen al grupo Punto Editorial S.A., que presidió desde su fundación hasta 1991, cuando vendió su participación. Meses más tarde, en junio de 1992, ese grupo de comunicación dio origen al grupo Recoletos.Como presidente del grupo, intervino en el lanzamiento de la revista de decoración Casa Viva (1981); en la compra y relanzamiento de Telva como mensual (1982); en la adquisición del diario deportivo Marca, y en la subasta de medios de comunicación del Estado, del que fue vicepresidente de la empresa editora y director del periódico durante 1984 y 1985, y presidente desde entonces hasta 1991.Asimismo creó el diario económico Expansión (1986), del que fue primer director y presidente de la sociedad editora hasta 1991, año en el que vendió su participación accionarial en la compañía.En 1997 se convirtió en presidente-editor del Grupo Negocios -integrado por el diario La Gaceta de los Negocios y la revista mensual Dinero-, tras tomar la mayoría del capital de la compañía al frente de un grupo de empresarios y profesionales. Diez años después abandonó el grupo.Desde 1993 Juan Pablo de Villanueva era presidente de Consejo de Administración de Siena, S.A. (Servicios de Información Educativos), empresa editora de El Magisterio Español, el semanario más antiguo de España y del Anuario Español de la Educación. En esta empresa, impulsó el lanzamiento de dos publicaciones gratuitas dirigidas a la gente joven: Menos 20 y Menos 25.En el sector de la publicidad fue presidente de la agencia Gisbert y del grupo Red de publicidad exterior. Además formó parte del Consejo de Administración de Servicios de Política-Exterior, S.A., que publica la revista Política Exterior, donde además era coeditor del Informe Semanal de Política Exterior. También fue miembro del Consejo Editorial de Nueva Revista, de política, cultura y arte.
YO AGREGO
Presidente de la Fundación Diálogos que creó el Programa Balboa para jóvenes periodistas iberoaméricanos y a quien le debemos haber formado parte de esa inolvidable experiencia de estudios y práctica profesional en España.